Buenos Aires se ha desarrollado históricamente exacerbando el carácter abierto de su trama urbana, donde la calle, la esquina o la plaza eran instrumentos cívicos de cohesión social, de fortalecimiento de las relaciones de vecindad. Sin embargo, en las últimas dos décadas se ha instalado un proceso que rompe sus patrones tradicionales de crecimiento a partir de la emergencia de enclaves fortificados, los “parques cerrados”, que encapsulan actividades, fragmentan territorios, segregan población. Se observa entonces cómo las actividades productivas, por ejemplo, tienden a concentrarse en Parques Industriales, las de intercambio en Parques Comerciales, las de innovación en Parques Tecnológicos, las de gerenciamiento en Parques Empresariales, las habitacionales en Parques Residenciales, o las de esparcimiento en Parques Recreativos. Dado el rígido acordonamiento que estos enclaves le imprimen a su perímetro y el carácter selectivo de su interior, los efectos de estos procesos generan una aguda polarización urbana, en el que unos pocos espacios concentran riqueza y muchos otros se sumergen en un estado de abandono y precariedad extremos.
En este marco, comenzamos a desarrollar una experiencia singular que se presenta como instrumento de contención, de integración e inclusión: el “Parque Social”. De esta manera, la comunidad local ofreció respuestas alternativas que apuntan a recuperar valores sociales en pugna sobre el territorio, tales como: competitividad y cooperación; solidaridad y compromiso; seguridad y recreación; iniciativa y desarrollo; formación y trabajo; futuro y presente; capacidades y oportunidades.
Con el propósito de ofrecer respuesta a esta multiplicidad de factores en juego, comenzó a tomar forma un plan de acción que buscó: por un lado, generar una unidad de gestión territorial permanente y, por otro, construir un sistema de nodos de contención social para las familias del barrio y de promoción cultural alternativo a los circuitos tradicionales. De esta manera elaboramos el modelo del “Parque Social” como instrumento para recuperar las preexistencias identitarias e instalar a la comunidad local como protagonista de la transformación.
Construyendo instrumentos de integración
La primera experiencia concreta destinada a generar nodos de inclusión en áreas de segregación se desarrolló recientemente en el barrio La Estrella del municipio de San Miguel -en el segundo cordón metropolitano de Buenos Aires-. Su objetivo fue organizar a la comunidad local para que sea capaz de recuperar por sí valores sociales en pugna, tales como: competitividad y cooperación; solidaridad y compromiso; seguridad y recreación; formación y trabajo; futuro y presente.
Barrio La Estrella es testimonio del fuerte impacto de la crisis sobre la estructura socioterritorial de la ciudad. Se trata de un área de loteos populares abiertos, con viviendas de autoconstrucción, precaria accesibilidad, ausencia de infraestructuras, alto nivel de desempleo e importante deserción escolar y delincuencia juvenil. Ante este escenario, los vecinos comenzaron generar colectivamente instancias de toma de decisiones que ofreciesen respuestas suficientemente vastas, factibles e inclusivas.
Para revertir la situación crítica del barrio se propuso la recuperación de un terreno baldío adyacente para emprender allí diversas actividades de contención que permitan la reinserción de los jóvenes en el sistema educativo, la generación de herramientas de acceso al empleo y el desarrollo de micro-emprendimientos que potencien capacidades locales. De este modo la población local construyó un rumbo deseable y puso a prueba las habilidades de gestión adquiridas por los vecinos.
Luego de un par de años de trabajo en el Barrio de Abasto, ciudad de Buenos Aires, a través de instancias de participación efectiva en las redes sociales y culturales de la zona, y del aporte académico conseguido con la formación de grupos de alumnos y miembros representativos de la comunidad, se comenzó a ejecutar el “Parque Social Abasto” como pieza central de la etapa de implementación de la investigación en curso.
El proyecto de Parque Social se constituye entonces como un dispositivo articulador de las diferentes iniciativas dispersas, a partir del aprovechamiento de los recursos existentes en el Abasto con la finalidad de la multiplicación de las áreas de uso público en la diversa oferta de espacios y núcleos privados e instituciones. En todos los casos se busca favorecer un sentido unitario para el proceso, enlazando al conjunto de las tareas a partir del cumplimiento de un objetivo central tomado como denominador común: la ampliación física y la mejora cualitativa del uso del espacio público y la conformación por ese medio de un sistema abierto de cohesión social.
Publicaciones sobre el tema
Parque Social: experiencia singular en San Miguel Oeste
Descargar archivo PDF: “Cafe de las Ciudades 33 – Parque Social San Miguel Oeste”
Expresiones del proceso de contraurbanización
Descargar archivo PDF: “La emergencia del Parque Social”
Abasto: Estrategias de recuperación de áreas degradadas
Descargar archivo PDF: “Estrategias de recuperacion de areas degradadas”
Construyendo parques sociales: propuesta de nodos urbanos
Descargar archivo PDF: “ScriptaNova 2007 – Parque Social Abasto”
La construcción de un Parque Social en Abasto, Buenos Aires
Descargar archivo PDF: “Cafe de las Ciudades 74 – Parque Social Abasto”
Proyecto de Extensión Universitaria: Parque Social Abasto
Descargar archivo PDF: “Anuario UP 2008 – Parque Social Abasto”